Reducción por reserva de capitalización

La Business Judgment Rule (BJR) representa uno de los pilares fundamentales en la delimitación de la responsabilidad de los administradores societarios, reconoce la discrecionalidad empresarial como parte inherente a la gestión y dirección de las compañías, al tiempo que establece un marco de protección frente a eventuales reclamaciones derivadas de decisiones de negocio que resulten fallidas.

Cabe resaltar que se refiere a las decisiones estratégicas y de negocio, respecto de las cuales los administradores, al tomarlas, realizan un juicio discrecional excluyéndose las que se consideran decisiones no discrecionales, es decir, las que tienen un contenido marcado por la ley, los estatutos o los acuerdos de junta. En el contexto español, la Ley de Sociedades de Capital (LSC), especialmente en su artículo 226, incorpora los principios esenciales de esta doctrina, adaptándolos al ordenamiento jurídico nacional.

¿Qué es la discrecionalidad empresarial?

La discrecionalidad empresarial hace referencia al margen de actuación que posee el empresario o administrador al tomar decisiones estratégicas o de gestión, siempre dentro de los límites de la diligencia exigible a un “ordenado empresario”. Dicho estándar se entiende cumplido cuando el administrador actúa de buena fe, sin interés personal, con información suficiente y siguiendo un procedimiento de decisión adecuado.

¿En qué casos es aplicable la Business Judgment Rule?

No obstante, la protección que otorga la Business Judgment Rule no se extiende a aquellas decisiones que impliquen conflictos de interés o afecten directamente a otros administradores o personas vinculadas, pues en tales casos entran en juego los deberes de lealtad y de independencia.

La aplicabilidad de la Business Judgment Rule se circunscribe a decisiones estratégicas o de negocio, tanto de acción como de omisión, adoptadas por los administradores individualmente o por los órganos colegiados de administración. Para su operatividad deben concurrir varios presupuestos esenciales:

Información suficiente: el administrador debe haber recabado y analizado los datos relevantes que razonablemente consideró adecuados para decidir.

Procedimiento de decisión adecuado: implica la existencia de un proceso deliberativo en el que se valoren alternativas, riesgos y consecuencias.

Actuación de buena fe: no basta con la convicción personal del administrador; debe acreditarse objetivamente que se actuó en beneficio de la sociedad.

Ausencia de interés personal: se exige independencia de criterio y ausencia de conflictos que puedan comprometer la imparcialidad.

Estos elementos marcan la frontera entre el deber de diligencia y el deber de lealtad, garantizando que las decisiones empresariales no se conviertan en un espacio de impunidad.

La aplicación práctica de la Business Judgment Rule presenta dificultades, especialmente en el contexto de pequeñas sociedades, donde la estructura de gobierno corporativo es menos compleja y las decisiones suelen adoptarse de manera más informal. En estos casos, algunos de los presupuestos de la regla resultan inaplicables o carecen de sentido.

La Business Judgment Rule en el ámbito concursal

Asimismo, su compatibilidad con el ámbito concursal ha sido objeto de debate. Algunos jueces sostienen que la regla carece de eficacia en procedimientos distintos a los regulados por la LSC y que no puede invocarse como defensa frente a la calificación del concurso por incumplimiento de deberes legales. Solo podría alegarse cuando la causa de culpabilidad derive directamente de decisiones de negocio razonables.

De igual forma, la regla no protege al administrador concursal, cuyo régimen de diligencia es distinto y responde a parámetros propios de la función de supervisión o sustitución que desempeña.

Evolución de la Business Judgment Rule en España

En los últimos años, la Business Judgment Rule ha sido objeto de controversia en España. La evolución judicial ha oscilado desde una etapa de práctica impunidad de los administradores hacia una tendencia de mayor rigor y control judicial sobre sus decisiones.

Este desplazamiento del “péndulo de la responsabilidad” refleja la búsqueda de un equilibrio entre la autonomía empresarial y la rendición de cuentas. La Business Judgment Rule, tal como está concebida actualmente, sigue siendo una herramienta valiosa para proteger la iniciativa empresarial frente al riesgo inherente de la toma de decisiones, pero su eficacia depende de una interpretación prudente y coherente por parte de los tribunales.

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Derecho Societario

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